lectura el campesino
y la fortuna
Era pleno verano y hacía mucho calor, y debajo de un árbol descansaba tranquilamente un joven campesino.
Miraba a su alrededor y agradecía cómo la tierra le había premiado pues había recogido todo lo que con su esfuerzo había sembrado.Veía lindas calabazas esparcidas por el suelo, y fragantes melones y sandías perfumaban el campo.
Y decíase a sí mismo: ¿Por qué será que en vez de producir nueces este árbol que me da sombra no produce calabazas, sandías o melones?Y cuando en esos pensamientos divagaba le cayó una dura nuez que le pegó justo en la nariz, y entonces el campesino reflexionó: ¡Bien sabia es la madre naturaleza, pues si una enorme calabaza me hubiera caído encima, no estaría ahora yo vivo! (Samaniego)